De Venezuela emerge una nueva promesa de la buena música, un grupo que ha luchado contra los estereotipos ganando fama, premios (2 GRAMMY) y admiración de una forma insospechada. Tal vez sean un Vocal Band, pero eluden con respeto y elegancia cualquier similitud con muchas de las propuestas relacionadas a este concepto. Quizás porque no se han esforzado demasiado en coleccionar fans a punta de mover las caderas, el publico les ha sonreído; ellos son una de esas rarezas en la industria de hoy, que han edificado una joven carrera escribiendo sus propias canciones, produciendo sus propios discos, mostrando una imagen que ha tenido la suerte de agradar a miles de fanáticas en Latinoamérica, pero que no denota ningún tipo de prefabricación.
Sus comienzos dentro de la música a capella fueron el mejor de los aprendizajes, y su carta de presentación a la hora de demostrar que sus integrantes no fueron el producto de un casting de laboratorio. Su formula: ninguna según ellos; para otros, una mezcla dulce de canciones bien escritas y pegajosas con arreglos frescos pero diferentes, condimentado por 6 voces que armonizan sin la pretensión de hacer malabares vocales, sino simplemente matizar, dramatizar o adornar el discurso de sus melodías.