Se los posteo tal cual me llegó!
Autor: A.I.Gracia
Durante muchos años estuvo muy claro el papel de hombres y mujeres en la sociedad occidental. A ellos les correspondía el de breadwinner (el que gana el pan) en el espacio público.
Para ellas quedaban las tareas del cuidado, en el espacio privado. Hasta que la mujer dijo que se incorporaba masivamente al mercado laboral y se tuvieron que cambiar las reglas del juego. Desde entonces, hombres y mujeres participan en el mismo espacio público y realizan un trabajo remunerado. Pero sólo las mujeres siguen siendo (o sintiéndose) responsables del espacio privado. Todavía queda mucho por avanzar en el día a día de las familias, de las empresas, incluso del lenguaje, para conseguir la tan ansiada Igualdad que hoy ocupa un Ministerio. Por poner sólo un ejemplo: ¿Por qué en casa las mujeres hacen y los hombres ayudan, colaboran?
¿Dónde están las mujeres sobradamente preparadas para ser presidentas de empresas, directoras generales, consejeras delegadas?, se habrán preguntado alguna vez. En algún momento y lugar se ha tenido que poner el tapón. La mayoría se queda en la segunda línea de visibilidad, haciendo malabarismos con su agenda, su familia, sus amigos, sus jefes, sus equipos, sus escapes. Con tanto malabarismo, a pocas les da tiempo para aspirar al reconocimiento. Esther Casademont es psicóloga. Junto con la periodista Mar Galtés ha dado vida a El timo de la Superwoman, un libro que recoge la situación real de muchas mujeres. La propia Casademont recuerda que ella, además de psicóloga, es madre, esposa, trabajadora, amiga, hija, hermana. “Una malabarista profesional, vaya”. Un puro chicle que intenta hacerlo todo: “estirarse, llegar, hincharse y, a veces, reventar”.