Para que nuestro cerebro y sistema nervioso se mantengan en buena salud, es necesario llevar una dieta equilibrada. Muchos alimentos favorecen y estimulan la memoria, lo que puede ayudarnos a mejorar la concentración, las habilidades motoras y sensoriales, acelerar los tiempos de reacción y calmar el estrés.
Conozcamos algunos de ellos:
Los azúcares influyen en el rendimiento mental. La miel es un edulcorante y fuente estupenda de glucosa y el chocolate es un excelente tónico del sistema nervioso. Hay estudios que aseguran que el cacao impulsa la función cerebral y retrasa el deterioro producido por el envejecimiento. Los diabéticos, que deben tener especial cuidado con los niveles de glucosa, sufren con más frecuencia debilitamiento de la memoria, porque su cerebro funciona más despacio y se cansa antes.El calcio y fósforo son también indispensables. Se encuentran en la leche y los quesos, sobre todo, aunque también en los huevos, el germen de trigo, las almendras, las nueces y avellanas (que aportan sales y vitaminas de las que carece la leche). El pescado, casi tan rico en proteínas como la carne, contiene también una gran proporción de fósforo.
El cobre tiene una acción sedante y equilibra el organismo. Leche y sus derivados, yema de huevo, hígado, alimentos de origen marino (especialmente ostras y mejillones), espinacas, verduras, nueces, champiñones, lentejas y judías son alimentos que lo incluyen.
La ingesta de carbohidratos, procedentes de alimentos ricos en fibra y bajos en azúcar y harina refinada, puede mejorar el funcionamiento mental, porque permanecen en el organismo más tiempo y no ocasionan el rápido aumento de azúcar en sangre que producen los alimentos elaborados con harina refinada o azúcar.
Frutas y verduras. La manzana, por ejemplo, tiene como efecto principal el de mejorar la memoria y las funciones cerebrales, porque posee fisetina, un fitoquímico que estimula la memoria. Otros vegetales con fisetina son: uvas, kiwis, espinacas y cebollas.
El ácido fólico, presente en legumbres, frutos secos y verduras de hoja verde (brócoli, escarola y espinaca), acelera la velocidad de procesamiento de información y la memoria.
La colina, un nutriente que se encuentra en los huevos, pescados, soja, nueces y espinacas, puede ser beneficiosa para la producción de un neurotransmisor llamado acetilcolina. Se trata de una sustancia química del cerebro implicada en la memoria. De hecho, niveles bajos de acetilcolna se asocian a la enfermedad de Alzheimer.
Los alimentos ricos en ácido graso Omega-3, como el salmón, trucha, caballa, sardina y atún, protegen las neuronas contra la letal acción de los radicales libres, principales responsables del envejecimiento. Esos ácidos grasos mantienen armadas las membranas de las neuronas, favoreciendo el flujo de información entre ellas.
La cafeína activa, estimula y aumenta la memoria. Además, mejora el rendimiento en las tareas de razonamiento. Investigadores de la Universidad de Florida del Sur (Estados Unidos) concluyeron que la cafeína podría evitar el deterioro de la memoria en pacientes con enfermedad de Alzheimer. Gary Arendash, coordinador del trabajo, asegura que la administración de dosis de cafeína equivalentes a cinco tazas diarias de café ha permitido revertir los síntomas de esta patología
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