Resultaba dificil creer que Kate Fitzleger se hubiera convertido ya en una hermosa jovencita. Casi toda una mujer, como no dudaba en afirmarlo ella misma. Y es que lo cierto era que la impulsiva y apasionada muchacha llevaba esperando ese momento durante toda su vida. O, al menos, desde su llegada a Torrecombe, momento marcado por su primer encuentro con el encantador Val St. Leger... el hombre que se adueñaría de sus sueños. No obstante, Kate sabía que una vieja maldición se oponía a sus designios. Pero también sabía que nunca, nadie, le había hecho cambiar sus planes... ...
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