Un señor estaba en su mejor ronquido cuando suena el teléfono a las 3 de la madrugada.
-Aló, ¿Patrón? Habla el Manuel, el capataz de su hacienda.
-Hola Manuel, ¿pasó algo?
-No, nada grave Patrón, sólo quería avisarle que ¡ su lorito se murió !
-¿Mi lorito? ¿Aquel que gané en el concurso el mes pasado?
-Si patrón, ¡ese mismo!
-¡Que desgracia y qué lástima! Yo que había pagado una pequeña fortuna por él.
-Pero...¿de qué murió?
-Comió carne podrida.
-¿Carne podrida? ¿Y quién le dio carne podrida?
-Nadie Patrón, él se la comió de uno de los caballos que estaban muertos.
-¿Caballos? ¿Qué caballos?
-Dos de sus caballos pura sangre. Los pobres se murieron de cansancio, por
tener que jalar la cisterna de agua.
-¿Y por qué jalaban la cisterna de agua?
-¡Para apagar el fuego!
-¿Fuego, qué fuego? ¿Dónde?
-En su casa patrón...una vela se cayó debajo de una cortina y prendió
fuego a la casa.
-¿Vela? Pero....¿quién encendió una vela en mi casa? si tiene electricidad
-Fue una de las velas usadas en el velorio.
-¿Velorio? ¿Cuál velorio?
-El velorio de su mamá, patroncito. Ella llegó en la madrugada sin
avisar y yo le metí un balazo pensando que era un ladrón.
-¡¡¡¡Noooooooooooooooooooooooo!!!! ¡¡¡No puede ser!!!
-¡Ya, ya patron no exagere! ¡ tanto escándalo por un lorito !!
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