Durante diez años Candem y Gigi, lord y lady Tremaine, han disfrutado del más perfecto de los matrimonios, basado en la cortesía, el respeto y la distancia. Un secreto, una traición y un océano les separan desde el día siguiente de su enlace.
Gigi vive en la hermosa mansión londinense de la pareja, mientras que Candem se ha establecido en Nueva York. Ninguno se inmiscuye en la vida del otro. Es un arreglo que no podría resultar más ideal y civilizado a los ojos de la alta sociedad victoriana, aunque nadie sepa qué pudo ocurrir para acabar con el apasionado amor que había existido entre ellos.
Ahora las cosas van a cambiar. Gigi es una mujer inteligente, sofisticada, rica y muy dueña de sí misma. Ha decidido aferrarse a su última oportunidad para ser feliz y aceptar la propuesta de matrimonio de su pretendiente, lord Frederick, un joven pintor. Por ello escribe a su marido enviándole los papeles del divorcio. Pero, en vez de devolvérselos firmados, Candem se presenta un día ante la puerta de la mansión londinense para proponerle un trato: él le concederá el divorcio. Después de todo, ya no se aman, ¿cierto?, pero antes Gigi debe darle un hijo, un heredero. Si ella no acepta, él no accederá al divorcio. Y Gigi acepta, pero imponiéndole el plazo de un año.
Un año en el que se agolpan los recuerdos de la pasión que una vez les unió y el desengaño que les apartó, un año en el que se desvelan secretos largamente guardados, un año en el que el deseo surge de nuevo aun en contra de los sentimientos, y un año en el que ambos deberán decidir si la pareja más admirada de todo Londres quiere volver a enamorarse o separarse para siempre.
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