En el silencio de la noche, un carruaje recorre las siniestras calles que conducen a la residencia del Ángel Caído, funesto apodo del conde de Angelstone. En el interior del carruaje, la joven Prudence lucha consigo misma por seguir adelante con la difícil decisión que tiene en sus manos: salvar la vida de su joven hermano Trevor, la única persona con que cuenta en el mundo.
La mansión, envuelta en tinieblas, encierra para Prudence infinidad de peligros que conoce y otros que, aunque insospechados, transformarán su vida. Un inusitado huracán de lujuria que abrirá las puertas a sensaciones y pasiones desconocidas.
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