Este año, como ningún otro antes, la Virgen estuvo a punto de parir en el closet...(es más, tengo que revisar bien porque creo que "rompió fuente" antes de que la sacara ayer)
Tal como lo comenté en FB, este año el arreglo requerido para la instalación del Nacimiento pasó por la revisión y arreglo de los closets...lo que no es fácil.
Es en ese momento que nos damos cuenta del montón de chécheres y baratijas que guardamos a lo largo del año (o por lo menos "yo" guardo jajajaja). Es cuando nos damos cuenta de cuan gordas estamos (ni de vaina mas flacas!, tristemente), nos deshacemos de la mitad del ropero que teniamos años que no usábamos y reencontramos aquellos trapos que ni nos acordábamos que existían.
Así que ya arregladitos los closets, hechas las hallacas y armado el arbolito, que gracias a la economía esta teniendo lo que considero debería ser su última presentación (por lo menos ante este exigente público) era el momento de colocar el Nacimiento/Pesebre, se inició el proceso creativo (por parte de mi excelso marido, por supuesto. Yo me limité a decir "si me gusta", "no me gusta")
Luego de la fumada de un par de lumpias con las "yebbas" por fuera por parte del proyectista/creativo, el pesebre terminó siendo una estructura de vidrio en un prado, que fastidiado de la monotonía de los tonos terrosos se vistió de rojo encendido, con vegetación de virutas de madera y como la paja se fué de vacaciones, le tocó como bateador emergente el musgo español.
He aquí el resultado, un pesebre poco ortodoxo, pero muy propio de nuestra familia:
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